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lunes, 7 de noviembre de 2011

CAMINO DE SANTIAGO- NOVIEMBRE DE 2011

Día 1: Etapa Pamplona-Logroño 100,7 Km- 1.797 Desnivel

Después de una buen madrugon, cogí el tren a las 7:00 en Bilbao, aparezco en Pamplona casi a las 10, toca montar la bici y empezar la aventura,  hace un día perfecto soleado y con poco viento, conecto el gps y empiezo a pedalear, el barullo de la ciudad y los nervios del inicio me confunden y tiro dirección Roncesvalles en vez de Logroño, me como unos kilometrillos urbanos  de regalo y enderezo el rumbo, empiezan las pistas de tierra con ligeras subiditas, paso el embalse del Grajera y me preparo para la primera subidita de la ruta, el  puerto del Perdón a 780m, las piernas están frescas y se sube con facilidad, no obstante el peso de la mochila es nuevo y en algún momento tengo que hacer pie. La bajada es sencilla, con algunas piedras sueltas en algunos tramos y tras una primera parte con cierta pendiente, vienen pistas lisas con bajadas de dar pedales y comer kilómetros con facilidad. De momento no encuentro ningún ciclista y los caminantes que veo son pocos, me distraen agradablemente de la monotonía del camino con el típico saludo “Buen camino Peregrino”. Llego a la primera parada cultural el Puente de la Reina, un puente con sabor medieval de 6 arcos. Los caminos se empiezan a estrechar y los viñedos decoran el paisaje hasta llegar a Estella, situada en mitad de la etapa, paro a comer y a visitar la portada de San Miguel y la Iglesia de San Pedro de la Rúa, con una interesante mezcla de Románico y Gótico. Nada más salir subidita incómoda y traguito de vino por cortesía de Bodegas Irache, que con muy buena idea han colocado una fuente de vino y de agua en el camino. Sigo hacia Los arcos donde hablo con un abuelete simpático que me cuenta que hizo la mili en Roncesvalles y que pasaré por Torres, me lo repite varias veces.... al salir del pueblo paso por un cementerio con una inscripción que me inquieta " yo que fui lo que tú eres, tú serás lo que yo soy ". Cementerio de Los Arcos, 1849.
El camino me lleva hasta Viana con la luz del atardecer, donde hago una breve visita cultural, el Sol sigue cayendo y es el momento de las fotos bonitas, con algo de cansancio y ganas de dormir llego a Logroño y duermo en el Albergue que hay cruzando el puente a la derecha. Toca descansar y reponer fuerzas con Pizzas Argentinas, paseíto por Logroño para ver la Catedral y la Plaza y pasear por sus calles.








Día 2: Etapa Logroño- Burgos 122Km- Desnivel 1.898

Empiezo a familiarizarme con el formato noche en un Albergue, ronquidos, literas y luces a las 7:00, Por la mañana, hace frío, esta oscuro  y hay pocas ganas de pedalear, pero hay que seguir, al abandonar la ciudad el Sol empieza a calentar y paso por un bonito embalse, con patitos y todo, enseguida tocan subiditas hasta el Alto de San Antón 715m y paso rápido por Nájera, después hay que cruzar una superurbanización cuasi-abandona de bonitos chalets donde todo se vende, la especulación y la crisis también están presentes en el Camino. La siguiente parada  importante es en Santo Domingo de la Calzada, visito la Catedral y me saco una foto con un peregrino ciclista, en escultura, porque sigo sin ver ningún ciclista en el camino, solo hay caminantes, y pocos. Subiditas incómodas por pistas secas y llegada a Belorado, hace un Sol espléndido y como el menú del peregrino en terracita en manga corta, la salida es cuesta arriba pero el paisaje hace agradable la subida, los Montes de Oca con sus bosques de robles y su pista serpenteante me acompañan. Tras llegar al Alto de la Pedraja 1.165m la bajada es suave y fácil y discurre entre una gran arbolada, inmortalizo el momento grabando un video en movimiento. A mitad de bajada me encuentro un caminante y aprovecho para charlar  (lo de hablar sólo ya me estaba pareciendo preocupante) y pedirle que me saque una foto. Llego al Monasterio de San juan de Ortega, y…. Sorpresa! Me encuentro al primer ciclista, es un luxemburgues con una buena bici híbrida de ruedas de carretera y con mucha alforja, viene desde su casa en Bici (vaya moral), continúo la marcha y llego a Atapuerca, el sillín me empieza a no parecer cómodo y me levanto con frecuencia para aliviar las posaderas, confiado en que ya solo queda bajada hasta llegar a Burgos, pero una subidita ingrata me sorprende,  es fácil de reconocer porque al lado hay una zona militar llena de alambre de púas y porque el camino esta lleno de piedras y al llegar hay una cruz. Después ya todo es bajadita hasta Burgos, dando pedales porque el Sol esta cayendo y no espera a nadie. La llegada es un poco caótica porque no hay señales y el track del gps me manda cruzar una zona que han vallado por lo que tengo que improvisar la ruta de acceso. Localizo un Albergue en el centro, al lado de la Catedral todo reformado y moderno, aquí ya encuentro los primeros ciclistas, me voy a cenar con un Leridano que ha hecho el camino 7 veces en bicicleta, ahora lo esta haciendo en sentido inverso.







Día 3: Etapa Burgos- Shagún 122,8 km – 1.100m Desnivel

Brrr… que frío, lo de Burgos es increible, salgo el último del Albergue pero todavía no ha amanecido, estamos a -4º, y deseo que haya alguna subidita para entran en calor, antes de salir de la ciudad, pido a unos peregrinos coreanos que me saquen una foto con la catedral y  a dar pedales. En el camino me encuentro por primera ve con dos ciclistas en mtb, un Catalán y un madrileño que salieron solos y se han encontrado en el camino, se lo toman con calma y hacen unos 60km al día, voy unos kilómetros con ellos, pero en las primeras subidas  hacia Castrojeriz me despido. Las llanuras de castilla se hacen largas y cada vez me cuesta más estar sentado en sillín, me levanto mucho para aliviarme y me empieza a molestar la rodilla izquierda, achaques de la edad… Toca subir el Alto de Mosterales y me desabrigo, buenas rampas en tierra seca de esa que cuando te levantas te patina la rueda de atrás, una subida corta pero intensa, al llegar charlo con una peregrina japonesa y le pido que me saque una foto subiendo los últimos metros (hay que documentar el viaje). Al llegar arriba la vista es infinita, casi se llegan a ver las torres de la Catedral de Santiago. Me lanzo para abajo y me pongo a 60km/hora, voy avisando a los caminantes y ganando kilómetros, llego a Boadilla del Camino y descubro el Canal de Castilla, que me acompaña hasta llegar a Fromista donde paro a comer. Los colores del otoño tiñen el paisaje de amarillo y empiezo a ver los característicos nidos de cigüeña en los campanarios de las Iglesias. Llego a Carrión de los Condes y toca visita cultural, con sus Iglesias románicas y su imponente Monasterio de San Zoilo al dejar la ciudad. Después vendría la recta interminable, hasta llegar a Calzadilla de la Cueza 16 kilómetros eternos que detienen el tiempo, parece un paisaje de dibujos animados que se repite una y otra vez según avanzan los personajes, coincidió que iba justo de agua y cosa rara había pocas fuentes y sin agua en este tramo, por lo que la recta se hizo todavía más desagradable, además el trasero cada vez me molesta más y no puedo estar más de 15 segundos sin levantarme del sillín. Al final me encuentro una simpática pareja de Navarros, que estaban haciendo del camino su Luna de Miel, una idea estupenda. Nos tomamos una cerveza para cargar las pilas y charlamos agradablemente hasta el final de la etapa en Shagún, con lo que los últimos km los pasamos más distraídos, allí nos separamos y me voy al Albergue “Viatoris” con unas pinturas muy chulas y muy bien decorado. Llego bastante cansado, los kilómetros me van haciendo mella y me empieza a molestar algo el tendón de Aquiles de la pierna derecha. En la cena conozco a un ciclista holandés, con bici de carretera que salió hace un mes de su casa y lleva medias de 150km/día.










Día 4: Etapa Shagún- Astorga 107,2km – 1.187 Desnivel

Este albergue no es tan estricto con el horario y pude vaguear un poco, cuando salgo ya ha amanecido. Durante todas las etapas voy en dirección Oeste y al salir el sol por el este lo llevaba siempre detrás, solo al final de la etapa, cuando la tarde se acercaba me lo encontraba de frente. Encuentro un lavadero y aprovecho para limpiar la bici y le quito parte del polvo del camino. Empiezo a avanzar  en medio de campos de trigo a través de anchas pistas de tierra rojiza que ganan en belleza con los primeras luces del día, grandes llanuras de plato grande y a devorar kilómetros. Las previsiones meteorológicas aciertan y empiezan las primeras lluvias, pantalón de agua, Chubaca y cubremochila y arreando, pero cuesta más avanzar, el viento frena y la ruedas se hunden. La llegada a León es feilla pero la ciudad lo compensa, una maravillosa Catedral Gótica y el encanto de su zona antigua bajo la lluvia. Salgo de la urbe y hago una paradita para comer en Bar de las afueras, regentado por gente local y me ven como un extraterrestre extraviado, al salir hay unas simpáticas chozas que parecen sacadas de la tierra media y una subida antipática que me saca definitivamente de la cuidad .
Lluvia y viento se asocian y el resto del viaje me acompañan dificultándome el camino, el color del paisaje con el cielo nublado se vuelve más gris y se tiñe de invierno. Azotado por el viento en el Hospital de Óbrigo, refugio de peregrinos encuentro algo de resuello, es Domingo y los lugareños lucen sus mejores galas para ir a misa, el contraste de la rutina del pueblo con mi vida nómada me agrada y con ese pensamiento cruzo el puente paso de antiguos caballeros. Apenas queda distancia para llegar a Astorga pero la ligera cuesta arriba se hace pesada, su Catedral y el Palacio de las Hadas de Gaudí me guían hasta el Albergue situado en el centro de la localidad. Cenita bien en sitio elegante y charla con caminantes franceses que son los europeos que más abundan en el camino, al bajar las escaleras noto que el tendón me molesta y cogeo ligeramente, por la noche no para de llover.








http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2173340


Etapa 5 : Astorga- Villafranca del Bierzo 76,7km y 1.188m Desnivel

En teoría era una etapa asequible, pocos km, moderado desnivel, y aunque había uno de los altos más emblemáticos del camino “la cruz del Ferro” a 1504m, parecía una etapa de semi-descanso,  al final fue todo lo contrario.
La salida fue incómoda siempre subiendo y con algo de viento en contra, en seguida alcanzo los pueblos de la zona de los Maragatos, y disfruto al pasar por sus calles todas de piedra, al igual que sus casas, antiguas austeras y robustas. Tras una subidita empedrada  y algo de carretera llego a Rabanal del camino, aquí empieza a llover con fuerza y me meto en una capilla para configurar equipación de agua, en las mismas se encuentra un caminante mexicano que viene haciendo el camino desde la Vía de la plata, intercambiamos experiencias y comienzo la subida, el camino va al lado de la carretera y el viento en contra es brutal, no hay donde resguardarse, siento que me he vuelto pesado como las piedras de las casas  y cada pedalada cuesta, el talón me molesta y no puedo levantarme alegremente, se que hace frío porque el firme de la carretera esta helado, aunque por momentos el cielo se despeja y nos manda algunas migajas de luz y calor. El camino entonces se esconde de la carretera y discurre entre trialeras y árboles, que me protegen del viento y me hacen más entretenida la subida. Empieza a llover con más fuerza y a poblarse el camino de peregrinos. Al final llego a la cruz del Ferro, foto de rigor y pista para abajo, el viento sigue soplando y la lluvia cayendo, pero la bajada es muy divertida con sus charcos, bloques de arcilla y piedras sueltas, me hacen estar despierto y entretenido. Paso por el emblemático Refugio “Templario” de Manjarín y me caliento al fuego mientras espero que pare un poco de llover, a pesar de haber un pequeño fuego, no consigo entrar mucho en calor y continuo el camino, a mitad de bajada la lluvia se intensifica brutalmente y paro en El Acebo a comer. Reanudo la marcha y me dejo caer hasta Ponferrada, aquí me encuentro a James de Londres una antiguo mountainbiker que por lesiones se ha pasado a la carretera. Al salir ligera subidita y rumbo a Villafranca, paso por una zona de viñedos entre pequeñas montañas y llego al Albergue “Ave fenix” mojado, embarrado y apaleado. En el albergue hay un ambiente muy auténtico, aunque también hay algún caminante demasiado aficionado al vino del Bierzo, al final cena comunitaria con huevos fritos y patatas y a la cama.







Etapa 6: Villafranca del Bierzo – Sarria 72,3Km y 1.586m desnivel

Otra noche de lluvia seguida de día de lluvia, al salir del Albergue me dirijo a la Puerta del perdón y cruzo Villafranca, pasando por sus Iglesias y su Castillo, subida moderada al lado de la carretera y me encuentro con un grupo ciclista de jóvenes malagueños, simpáticos y valientes, van con auténticos hierros y sin ninguna equipación (uno de ellos lleva una cesta de frutas de plástico atada con bridas como portaequipajes) y los tíos a su ritmo, con sus averías y  sus pinchazos, al final van haciendo el camino igual que yo. Esto me recuerda que al final la bicicleta es un maravilloso invento que independiente de los xtr´s, srams, fox, etc… consiste en dar pedaladas y mover las ruedas para transportase de un sitio a otro.
Deja de llover y cuando me estoy quitando los pantalones de lluvia aparece Esteban, un joven biker-mallorquín de pura raza, un auténtico hombre carrera de ciclos Sancho, intercambiamos impresiones del camino y decidimos continuar juntos, bueno más o menos, el siempre delante y yo haciendo la goma o siguiendo su estela. La subida después de Rutelán empieza a picar, y que si llueve que si no, uno no sabe como ir bien configurado con la ropa, al final el calor de las pedaladas manda y toca modalidad de verano, el ritmo de subida es alegre al menos para mí y el talón me sigue molestando, a media subida empieza a llover raro como sólido y empieza a crecer la niebla de repente se pone a nevar y en un momento la carretera se vuelve blanca, la euforia y la sorpresa inicial de ver la nieva deja paso duras pedaladas de subida, y empiezo a pensar que si se rompe algo de la bici y me tengo que parar voy a pasar mucho pero que mucho, mucho frío. En el O Cebreiro a 1.220m entramos en un Albergue totalmente mojados y congelados, cafelito calentito, cambio de ropa rápido y paradita para reponer fuerzas y esperar ingenuamente que mejore el tiempo. Aquí es  cuando tengo mi momento de fama, han venido reporteros de Tele5 para grabar la primera nevada del año y un ciclista mojado  y congelado en pantalón corto les parece lo suficientemente exótico para hacerle unas preguntas. Después de atender a los medios, je, je… toca abrigarse bien y lanzarse para abajo (o eso creía yo) porque nada más salir, a parte de que sigue nevando el camino sigue subiendo, la ruedas patinan en la nieve y hay que hacer equilibrismos para no caerse, al final penando llegamos al Monumento al peregrino ciclista en el alto de San roque a 1.290m y entonces, por fin, la ley de la gravedad se pone de nuestro lado, vamos por la pista de tierra y lo que prometía ser divertido descenso por alguna trialerita se convierte por el frío, la nieve y el barro, en mera supervivencia, bajamos como podemos y llegamos a Tricastela, paradita para comer y entrar en calor y último estirón hasta Sarria, vamos vía San Xil, que son caminos y además es más corto, pero con unas cuantas subiditas. Al final llegamos a Sarria y nos cae una tromba de agua, entramos en el primer Albergue que encontramos (al lado de unas escaleras de subida) y nos quedamos encantados con su diseño e instalaciones, todo nuevo, pocas camas, chimenea y baño privado. Cenamos en un Bar de la zona y nos encontramos un simpático caminante veterano que nos cuenta que lleva 14 años haciendo tramos del Camino de Santiago, dice que hace unos 50km diarios y que cada año reserva uno 15 días de sus vacaciones para hacerlo, conoce muy bien los Albergues del camino y nos cuenta graciosas anécdotas de Manjarín y del “Ave fenix”.






http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2173351

Etapa 7: Sarria-Melide 62Km y 1.245m

Se me acabaron las fotos con la cámara, la batería ha muerto (y no me traje cargador, por el peso) yo tampoco tengo mucha batería, el cansancio de los días y las inclemencias meteorológicas van haciendo mella, además ahora cogeo bastante del pie derecho y me empieza a doler el izquierdo, la buena noticia es que ya no me molestan las posaderas. Otra vez subidita al salir hasta Ferreiros y la lluvia no para, avanzamos rápido y pasamos por una sucesión de aldeas, establos, casas de piedra y pazos gallegos, aderezado por un penetrante olor a mierda de vaca. El camino que parece de bajada pero siempre tiene alguna subidita de regalo y de repente la pista de barro, se transforma en grandes bloques de piedras “correidoiras” que hacen en algunos tramos que nos acordemos de las enseñanzas de las piedras mallorquinas. Y por fin alcanzamos Portomarin, famoso por ser anegado bajo las aguas del río Miño y vuelto a construir en lo alto, trasladando la iglesia-fortaleza de San Nicolás piedra a piedra, aquí paramos en unos soportales y me compro Voltarén en crema y allí nos encontramos a Paco de Alicante un tipo majete, carretero y mountain biker ocasional que se une al grupo, no dura mucho ya que le llaman por teléfono y como esta lloviendo para variar, tiramos para adelante, otra subida fuerte hasta Ventas del Narón y mi ritmo es cada vez más lento y agónico, en medio de los bosques gallegos pasamos a un grupo numerosos de chicas jóvenes vestidas de chandal, que resultarán ser las chicas de la selección española de natación sincronizada que en plan promoción-preparación estaban haciendo un tramo del camino. Pasamos rápido por Ligonde,  y Palas del Rei, y en cada kilómetro que avanzamos crece el número de caminantes bajo la lluvia, al final alcanzamos Melide y otra vez llegamos al destino mojados y apaleados por la ruta, entramos a comer en una pulpería, que esta llena de excursiones de niños y reponemos fuerzas, cogemos el Albergue privado porque nos dejan guardar las bicis dentro, allí nos volvemos a encontrar a Paco y tras una duchita y una lavadora toca dar paseo por el pueblo y buscar un sitio para la cena, vamos como no, a otra pulpería que debería ser buena porque cuando es el mismo al que fueron las chicas de la natación sincronizada.






http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2173352

Etapa 8: Melide-Santiago de Compostela 52,7km y 998m desnivel

Último día, y hay que llegar a Santiago como sea, nos levantamos tarde y salimos de día sobre las 9:15, Paco decide ir sólo esta etapa para vivir el momento de llegar a Santiago en soledad. Las piernas van bien pero el dolor del tendón del pie derecho sigue molestando a pesar del Voltarén. Es una etapa rompepiernas con subidas y bajadas, y alterna tramos aburridos de carretera con maravillosas pistas que discurren entre bosques encantados. La lluvia otra vez omnipresente en todo la etapa, sigue molestando y a los problemas físicos se unen los mecánicos, con el barro la bici no cambia bien y la horquilla se queda bloqueada, además en algunas subidas de repente pedaleo en vacío y no avanzo, mal asunto nucleo del buje tocado, me obliga a bajar en las subidas con el consiguiente dolor del tendón al apoyar el pie y el consiguiente cabreo, entre una cosa y otra voy lento y además ahora no llueve, jarrea, Esteban tira para adelante por carretera, y yo sigo fiel a los caminos, al barro y al sufrimiento, así todos tendremos nuestro “momento de introspección particular” al llegar a Santiago. Llego al monte del Gozo y bajo la lluvia y la niebla apenas distingo la catedral pero la alegría de estar cerca del destino y del final de la aventura me carga de energía positiva, cuesta abajo para Santiago y mojado y apaleado como voy me desvío al Albergue del Seminario menor, la Catedral ya la conozco y ya tendré tiempo de visitarla… 






http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2173355